La relación de cabezas de ganado vacuno y población continuó su declive y llegó el año pasado a 1,13 cabezas por habitante, la mitad que en 1977.
El consumo de carne bovina por habitante en la Argentina fue en 2021 de 47,8 kilos, el menor nivel desde 1920, de acuerdo a un informe dado a conocer hoy por la Bolsa de Comercio de Rosario.
En un trabajo realizado por Alberto Lugones y Emilce Terré se analiza la baja en el marco de una menor participación de la carne bovina en la dieta de los argentinos en los últimos años, tanto por la elección de alimentos de base vegetal como por la incorporación de otro tipo de carnes.
Asimismo, la relación de cabezas de ganado vacuno y población continuó su declive y llegó el año pasado a 1,13 cabezas por habitante, la mitad que en 1977 y poco más que la quinta parte de las 5,37 cabezas de 1895, el mayor valor de la serie histórica.
Lugones y Terré precisaron que el año pasado “sobre 109,4 kg/hab/año de proteínas animales que consumió el argentino promedio, 47,8 kg/hab/año de carne bovina representaron apenas el 44%, cuando a principios de este milenio representaba entre el 60 y 70%”.
“Si analizamos el consumo histórico (período 1914-2021), la ingesta promedio fue de 73,4 kg/hab/año, mientras que el promedio de los últimos 5 años fue de 54,5 kg/hab/año”, señalaron.
Los investigadores indicaron que “desde comienzos de los años noventa, no se ha alcanzado un consumo equiparable a nuestro promedio histórico, permitiendo afirmar que la tradicional ingesta de carne bovina ha reducido su peso en las dietas de los argentinos”.
También destacaron que “desde 1975 hasta la actualidad la producción cárnica bovina se ha mantenido en un rango relativamente estable que va de las 2,5 a los 3 millones de toneladas de carne bovina, con contadas excepciones”.
“De hecho, el 2021 no fue la excepción, contabilizando una producción de algo menos de 3 millones de toneladas (equivalente res con hueso), por debajo de los 3,2 Mt del 2020 y cortando así con una racha de 3 años consecutivos donde se había superado el límite superior del rango de 3 Mt”, añadieron.
En cuanto al consumo aparente, Lugones y Terré remarcaron que “su desempeño se encuentra ligado en buena medida a la producción”, al punto que desde 1960 hasta la actualidad, sólo en 13 oportunidades estos indicadores se movieron en direcciones contrarias.
En esas ocasiones en las que la producción y el consumo se distanciaron, acotaron, “se da un incremento en la importancia de la exportación”.
“El estancamiento en la producción de carne bovina en buena medida se encuentra ligada al estancamiento que se ha registrado en el stock bovino de nuestro país” que con oscilaciones “desde comienzos de la década de 1970 nos encontramos en un rango que va de 50 millones a 60 millones de bovinos de existencias y ello, efectivamente, condiciona las posibilidades de producción nacional”, aseguraron.
En lo referente a las exportaciones de carne vacuna, “cuando comparamos los 0,74 millones de toneladas exportadas en 2021 con las 0,38 millones de 1960, se observa que el crecimiento en el comercio exterior asciende al 81%” en los 61 años transcurridos”.
“En ese mismo período, países como Brasil e India pasaron de no exportar absolutamente nada a embarcar 2,54 y 1,40 millones de toneladas, respectivamente”, advirtieron y añadieron que las exportaciones de Australia “se multiplicaron por 7 y los de Nueva Zelanda por 4”.
De este modo, “Argentina cayó del primer puesto como exportador de carne vacuna en 1960 (cuando abastecía cerca del 40% de su demanda internacional) al puesto número cinco en 2021, con una participación de mercado de apenas 6%”, señalaron.